Mariano Navarro Enero 2017
[…] Uno de mis recuerdos más fuertes es otro relato de Susana Solano, éste de infancia, que incluyó como texto en el catálogo de la exposición En tres dimensiones, una de cuyas imágenes me explicaba a mí el por qué de algunas de sus esculturas de aquellos primeros años 80 del siglo pasado.
Contraponía la imagen de los niños con sus cajas de pinturas y sus caballetes camino del bosque que ya conocían, pero que al ir a pintarlo adquiría un carácter totalmente nuevo, con el de las mujeres en la cocina preparando las “monas” de Pascua. “Amasaban con ahínco, deshaciendo la mantequilla y untando los moldes; después los llenaban con la masa y los ponían a cocer, finalmente, guarnecían los pasteles con chocolate y palmeras de colores...
”Cuando vuelven los niños de pintar, surge la imagen reveladora: “A media tarde, las 'monas' ya estaban terminadas; entonces las colocamos en lo alto del aparador, y allí permanecieron hasta el día de la celebración... Un aparador inmenso que sólo nos dejaba ver las crestas de los platos que sobresalían... […] Hasta mucho tiempo después no empecé a hacer esculturas”.
Ahora, al pensar, meses después de realizados, pues el recuerdo no es nunca el punto de partida de la obra, en sus collages hechos con acero durante el verano, y que ha titulado L'ultim Sopar, la memoria le devuelve otro recuerdo de infancia: “Tal vez por su formato y brillo me recordó La Santa Cena de Leonardo, en casa de mis abuelos había un Sant Sopar plateado, que presidía (eje) el comedor, en el centro de una pared y en el centro de un aparador”.
Suma unas líneas sobre su modo de hacer: “Cuando hube definido alguno de L´últim Sopar, veo que ha habido antecedentes, así como los años anteriores, de dibujo en collage, sin apenas utilizar el dibujo o el color, sólo tijeras, rasgado (papier déchiré) y doblado”.
Y matiza aquella afirmación primera de “lograr un espacio”: “Espacios geométricos que encierran otro espacio de acontecimientos también geométricos. El perímetro o borde se mantiene en líneas rectas, a cambio, podemos valorar las líneas dibujadas a mano alzada o recortadas sobre cartulina con tijeras en el interior. En los huecos está el misterio de la representación y el plano horizontal plegado. Nunca mejor dicho: 'los misterios'”.
Añade, finalmente, dos líneas que nos indican un cambio de perspectiva, que se nos hará incluso más evidente, como veremos, en sus pensamientos sobre otras piezas también expuestas.
“Si tuviera que definir, haciendo un análisis posterior a la construcción de las obras, diría que evocan a paisajes pero también a la arquitectura, no a los hombres”. Una última cena sin comensales.
L´últim Sopar V / III - 2016
53,5 x 97 x 1,5 cm / 50 x 65 x 4 cm
Acero inoxidable