Proyecto de una actuación en un jardín privado. Territorio dentro de la parcela de una casa empinada sobre la ladera del litoral marítimo, en Tamariu. Un objeto que permite ser utilizado, según palabras de la autora, como “plataforma mirador-escultura” y que debe ser “descifrado” por quién se acerque a su extraña naturaleza de objeto posado en un paisaje. Esta construcción permite comprender semejanzas y diferencias con respecto de los hábitos de la arquitectura. Probablemente, la diferencia esté constituida más por las dosis de los elementos que intervienen en las soluciones que por la oposición en las formas de concepción y realización. La propuesta de Solano se extiende del lado de las libertades de forma y uso, dejando un amplio margen, más allá de una estricta función, para la imaginación que crea distintos sistemas de ocupación sobre su materialidad. Es ante todo objeto puesto a disposición de la fantasía, en contacto y diferencia con respecto al paisaje, de la división del mundo que acoge, de la vegetación que lo rodea. […]
Marta Llorente, fragmento sobre Yo no sería nada sin la mar, catálogo Proyectes/Proyectos Fundación ICO, Madrid 2008
Yo no sería nada sin la mar - 1998
68 x 23 x 37 cm Hierro y aluminio (maqueta)
Medidas previstas 2,19 x 10,75 x 6,25 m Acero inoxidable
Proyecto de mirador para una finca privada en Tamariu. Girona