[…] Con dedos de titanio hurgó metódicamente en aquel territorio plagado de perdigones, zurcido a ciegas por viejos amigos, y poco a poco fue descosiendo los recuerdos, los sentimientos, las creencias y los deseos, y los radiografió uno a uno con papel carbón, mientras su ayudante ordenaba los originales en cuatro archivos, uno en cada ángulo de la mesa.
Cuando el alma estuvo limpia y vacía, como una tripa escaldada, me dejó y se puso a trajinar en el fichero de los sentimientos, y me pareció que con unas pinzas separaba el miedo, la rabia, acaso el amor, y los fue poniendo en una balanza de tres platos, hasta que cada grupo pesó tres onzas. Los envolvió en papel de plata y puso el precio encima. El ayudante se lo llevó todo en una bolsa de plástico y poco después volvió con media docena de billetes, que el otro guardó en su cartera. Entonces, el técnico vertió el resto -sombras de alegría, recortes de nostalgia y de encono- en un cucurucho de plomo. Lo cerró, murmuró algo e hizo un gesto encima de él con la mano libre, y ya no quedó otra cosa que un sorbo de humo.
[…] En un rincón quedaba exánime, un polvillo de fascinación y, más allá, unos grumos de miedo. Debajo del altar crepitaba en silencio una llovizna de ideales fugaces. El ayudante lo barrió todo con un par de golpes de manguera y la estancia quedó limpia y reluciente como un espejo diáfano en una sala de baile. De aquí a unos instantes entrará la primera visita y, mientras el agua siga fluyendo, empezaremos a hablar.
Pep Subirós, “Teoria”. Exposición “Hidroteràpia” catálogo Galería Joan Prats-Artgràfic, Barcelona, abril-mayo de 1992
Hidroteràpia - 1991
Medidas variables
Hierro, mármol, acero inoxidable, mangueras y fotos b/n
Galería Joan Prats. Barcelona