La intervención va dirigida al transeúnte de a pie.
En el parque del Prado, una vez cruzas el perímetro que lo define, la arboleda y su trazado es muy particular, que lo convierte en una zona de gran valor simbólico para Vitoria. La visión desde el interior de Parque es a mi modo de ver muy exclusiva, pues las arquitecturas fuera de las cotas del parque parecen no estar, solo se aprecian como telón de fondo.
Otro hecho destacable en el parque del Prado es que en la actualidad existe un dibujo arterial de varios caminos para transitarlo, trazos que parecen cumplir unas direcciones que son determinados por la necesidad del transeúnte. Particularmente encuentro las proporciones del parque y el trazado muy atractivo y lo hace singular porque el visitante va percibiendo en su itinerancia reticular una apreciación pausada del contexto. Mantener la mirada del transeúnte a su misma escala - frontal y rozando la tierra, pues en contraposición existe ya un interés por la dinámica de un trazado de crecimiento vertical muy marcado por la presencia de los árboles.
Otro aspecto fundamental es la participación de los niños, que pueden utilizar la obra para sus juegos y fantasías, hecha a la medida del cuerpo humano y a una escala directamente vinculada con la base y nacimiento de un árbol. Los materiales empleados permiten un juego de luces; el tejido metálico en acero inoxidable “la piel envolvente” y la estructura tubular “la arquitectura”. Forma parte del argumento: el objeto, el túnel, el cobijo...
La linterna I 2002-2003
23,5 x 61,5 x 50 cm Hierro (maqueta)
2,35 x 5,41 x 4,86 m Acero inoxidable
Colección: Parque del Prado. Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz